De
chiquita fui una nena con una imaginación increíble.
De
hecho no necesitaba casi nada para divertirme.
Recuerdo
que mi papá había traído de una de las obras en las que trabajaba unos muñecos
de goma en forma de animales.
Una ardilla,
una oveja y otros mas que casi no recuerdo.
Además
tenía a mi muñeca Negrochi -no recuerdo su procedencia, solo que era negra cual
petróleo y yo la amaba-
Simplemente
con esos juguetes me las pasaba todas las tardes jugando.
Inventaba
casas con cajitas y elementos de la casa con los botones de mamá.
Me
divertía muchísimo.
Recordé
eso los otros días porque pensaba de donde viene eso de evadir la realidad.
No se
muy bien porque sea pero siempre los noticieros me entristecieron y procure
evitarlos .Siempre preferí mantenerme lo mas alejada de la realidad posible.
Supongo
que por eso amo las peliculas, o los libros.
Uno
sabe que esta en un espacio a salvo…en una realidad-ficticia donde si alguien
muere, no muere de verdad.
Uno
esta en un lugar seguro.
Creo
que eso es lo que me gusta .Que no haya riesgo de sufrir de verdad.
Una
actitud bastante inmadura supongo.
Pero
como dice el Principito “Solo los niños saben lo que buscan”
Y la
verdad no me avergüenza ser inmadura en ese sentido.
Si
hablamos de realidad…tuve mucha realidad y suficiente: la pérdida de hada, la
muerte de mamá, la muerte de papá y otros recuerdos muy feos que mejor no
nombrar.
Si hay
que pasar tiempo de distracción prefiero ver pelis.
Cuando
era chiquita no necesitaba ni eso, simplemente un par de muñecos viejos me
bastaban para divertirme.
A mi
siempre me gusto la fantasía…será por eso que tengo alma de artista o de poeta.
Creo
que si a uno le hace feliz que importa lo que piensen los demás.
Carpe
Diem.
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