Había una vez
una princesa llamada Gabriela…
Pero no era una
princesa como todas las princesas de los cuentos…
En lugar de
sentarse a esperar en la torre más alta del castillo a que un apuesto príncipe
viniera a rescatarla, ella prefería escaparse del castillo y salir a vivir
aventuras…
En lugar de un
pomposo vestido rosa y coronita: vestía de jeans y zapatillas.
Así fue como
nuestra princesa vivió esta aventura que quiero contarte ahora que sos chiquitito
para entenderla porque tu corazón aún es inmensamente puro.
Un día nuestra
princesa decidió huir.
Escapando del
castillo encantado se adentro a un bosque desconocido donde solo hombres
valientes en gallardos corceles se animaban a entrar.
La princesa
Gabriela no iba en busca de un príncipe que la salvara de algún hechizó, ella
iba en busca de un sueño perdido.
A veces cuando
la gente va creciendo va perdiendo los sueños en el camino (hasta las princesas
les puede pasar) no se muy bien porque pasa...pero los sueños se pierden...será
que uno cierra muy livianamente los ojos y se salen por los parpados entre
abiertos...será por las muchas frazadas con las que nos cubrimos la cabeza en
las noches en que sentimos un poco de miedo...y nuestro sueños se esfuman
tiritando de frío…no lo se...pero sucede todo el tiempo: los sueños se pierden
en un descuido...
Por eso ella
tenía la secreta esperanza que en aquel bosque podría encontrar sus sueño.
Así que se armo
de valentía y camino por extraños senderos.
Cansada luego
de días caminando sin encontrar una señal que le mostrara que estaba siguiendo
el camino correcto decidió sentarse bajo la sombra de un árbol frondoso.
Se sintió un
poco desanimada de no saber donde iba, ni que buscaba realmente.
Pensó que todo
se revelaría al entrar al bosque que miraba desde su castillo desde pequeñita… sin
embargo ahora, ahí mismo nada había que la hiciera sentir mejor.
Agotada y
rendida se durmió.
No supo si
fueron horas, minutos o segundos lo que duro su sueño, pero algo de pronto la despertó.
Sus ojos no
podían creer lo que veían, el bosque tosco y común se había transformado como
por arte de magia: duendes, hadas y unicornios la rodeaban y le daban la bienvenida.
No tuvo miedo
de estos seres desconocidos ,porque para ella eran familiares, le parecía que había
jugado con ellos de niña ,que aquel duende saltarín había balanceado su cuna
para que se durmiera y que las hadas más brillantes habían iluminado su habitación
en las noches mas oscuras de su niñez.
Se sintió como
en casa, y toda esa desilusión que la había invadido hace un rato se había
esfumado.
Los seres la
invitaron a seguirlos guiándola hacia un lugar del bosque que nadie podía encontrar,
un lugar al que se llegaba cruzando una cueva oculta tras una cascada.
Aquel lugar era
el lugar mas increíble que jamás hubiera visto donde todo los deseos se hacían
realidad: comer una hamburguesa, mirara dibujitos hasta tarde, ensuciar las
camisetas blancas con barro…etc.
La princesa
Gabriela paso días y días haciendo todo lo que siempre había deseado, cosas que
las princesas no podían hacer. Como jugar a la pelota o treparse a los árboles
mas altos.
Se sintió feliz
porque había hallado su verdadero hogar, lejos del aburrido castillo y de los
deberes de la realeza.
Pasaron los años,
cumplió cada deseo…y de pronto un día recordó que había un castillo, del que
salió en busca de su sueño!!!Y que había abandonado su búsqueda todos estos
años.
Y aunque había
podido cumplir todos sus caprichos…algo le faltaba para sentirse completamente feliz.
Pensó y
pensó…busco dentro de su corazón y de pronto entendió que nada de este mundo mágico tenia sentido si no tenía
a alguien especial con quien compartirlo.
Justo en ese
momento se le reveló su sueño perdido… pudo verlo y supo como hacerlo realidad.
Así que
abandono aquel lugar único y secreto del bosque y volvió a su palacio.
Luego de un par
de meses las hadas y duendes celebraron su regreso.
Si, la princesa
Gabriela regreso a aquel mágico lugar encantado en el bosque pero ya no estaba sola,
traía de la mano a un ser pequeñito al que todos los seres mágicos del bosque
estaban dispuestos a malcriar.
Un pequeñín especial que viviría aventuras en el
lugar más mágico de la tierra donde todos los sueños se hacen realidad.
Este ser era el
sueño perdido que tantos años le costo encontrar a la Princesa Gabriela,
Su sueño se
llamaba Siro.
Y colorín
colorado este cuento recién ha empezado!
De tu tía que te quiere de lejos...aunque estemos tan cerca.