Cada vez que se acerca la primavera la ciudad se llena de fresias.
y siento como si cada vereda fuera una extensión de mi jardín.
De aquel jardín de mamá.
Creo que tenía el jardín mas lindo del barrio.
Para mi corazón siempre será el jardín mas lindo del mundo.
La gente se paraba en la vereda y llamaba para pedirle que le venda flores.Y ella las regalaba.
Creia que Dios la iba a bendecir dandole más flores si las compartía con los demas.
Recuerdo de chiquita pasarme las tardes soleadas jugando a su lado,mientras ella arreglaba su jardín.
La veo armando ramitos de fresias para que les regale a mis maestras del cole.
Para mi las fresias se volvieron un simbolo de mi madre.
Me encantaba ver llegar la primavera en mi jardín repleto de fresias multicolores.
Ahora que las veo en ramos en todas las esquinas de las florerias...sonrio recordandola.
Abrazo un ramo de fresias y siento como si pudiera abrazarla a ella.
Les hablo a las flores como si ella pudiera escucharme.
Amo mas la primavera por esos dulces recuerdo que me dejo.
La veo cortando tela y cosiendome ropa floreada para que estrenara en primavera.
Solo ella se detenía a pensar en esos detalles.
Y ahora que ya no la tengo ,procuro vestirme con estampados floreados cada primavera.
Y termino el día llevandome un ramillete de fresias en las manos todo el viaje de regreso a casa.
Ese simple ritual es como tenerla viva a mi lado.
Viva por siempre en las fresias ,mis flores favoritas.
Felíz Primavera mamá!
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