Tengo un recuerdo muy lindo sobre la música.
Cuando mamá murió y estuve deprimida e internada teniamos musicoterapia.
Yo me había hecho amiga de una chica llamada Cynthia.
Soliamos estar juntas en todas las actividades.
Las dos estabamos pasando malos momentos.
Estabamos vacias y desesperanzadas.
Los viernes en musicoterapia la psicoterapeuta ponía musica para que bailemos.
Creanme que lo más dificil de hacer cuando uno esta deprimido es bailar.
Pero un viernes Cynthia me agarro de la mano y me llevo al medio del salon y nos pusimos a saltar y a reirnos.
Fue algo tan lindo...porque no teníamos nada por lo cual reir,ni saltar,ni bailar...
No había ni una razón...excepto la de disfrutar de nuestra amistad en el lugar mas triste del mundo.
Nunca me olvido de ese día...como la música sonaba y nosotras dos reiamos y saltabamos como si fuera el día más felíz de nuestras vidas.
Cuando supere aquella etapa de mi vida...siempre me aferre a la música para alegrarme.
Solía estar en mi habitación y ponerme música y bailar sola.
Por nada.
Sentirme felíz por nada.
Porque esos momentos son los que realmente vale la pena estar felíz...cuando no hay ninguna razón excepto la felicidad de estar con vida para ver la vida seguir y saber que siempre va a existir una posibilidad de ser felíz y volver a empezar.
Por la música ,que siempre logra salvarnos el alma!
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