martes, 6 de septiembre de 2016
Madre Teresa
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Algunos le atribuyen este poema a la madre Teresa, aunque en realidad no se conoce a su autor. Podría ser de los franciscanos.
Yo la aprendí en la iglesia Evangélica.
No creo en santos, ni soy católica, pero al ver que canonizaban a la madre Teresa tuve muchas ganas de escribir sobre ella.
Creo que es la única que siguió fielmente las enseñanzas de Jesús.
Porque ser un verdadero cristiano no es estar en la iglesia, asistir a las reuniones y leer la Biblia.
Lo verdadero para mí de la religión es imitar a Jesús en su vida.
Acercarse a los pobres y necesitados.
Tratar de ayudarlos.
Vivir para servir.
Y eso es lo que hacía la Madre Teresa: dedicaba su vida a tratar de ayudar a los pobres.
Siempre me pareció conmovedora su actitud, la forma en que renunció a su vida para servir a Dios.
No todos podríamos hacerlo.
Pero la admiro por haberlo logrado.
Dicen que tuvo dudas sobre su fe…creo que eso la hace mas humana.
No se si hará milagros, pero como dice el dicho; ella no espero por un milagro…ella Fue el milagro!
Demostró que se podía vivir como Jesús nos enseño.
Y por eso la admirare siempre, aún sin ser católica...
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