Siempre que encuentro gente que amaba a su madre me encanta saber que no soy la unica...
Sobre todo en el,que era un hombre en apariencia rudo y fuerte ,un guerrillero...
En estas letras muestra ese costado tierno,que me encanto descubrir...
Solo dos recuerdos pequeños llevé a la
lucha; el pañuelo de gasa, de mi mujer, y el llavero con la piedra, de
mi madre, muy barato este, ordinario; la piedra se despegó y la guardé
en el bolsillo.
¿Era clemente o vengativo, o solo
impersonal como un jefe, el arroyo? ¿No se llora porque no se debe o
porque no se puede? ¿No hay derecho a olvidar, aun en la guerra? ¿Es
necesario disfrazar de macho al hielo?
Qué sé yo. De veras, no sé. Solo sé que
tengo una necesidad física de que aparezca mi madre y yo recline mi
cabeza en su regazo magro y ella me diga: «mi viejo», con una ternura
seca y plena y sentir en el pelo su mano desmañada, acariciándome a
saltos, como un muñeco de cuerda, como si la ternura le saliera por los
ojos y la voz, porque los conductores rotos no la hacen llegar a las
extremidades. Y las manos se estremecen y palpan más que acarician, pero
la ternura resbala por fuera y las rodea y uno se siente tan bien, tan
pequeñito y tan fuerte. No es necesario pedirle perdón; ella lo
comprende todo; uno lo sabe cuando escucha ese «mi viejo»…
Lo leí y se me llenaron los ojos de lagrimas...
Porque siento lo mismo...lo unico que cambiaría de esas letras,para sentirlas propias ,seria "mi viejo"por "mi negrita" ,ya que de esa forma me decía mamá.
Lo demás lo dejaría tal cual,porque expresa un sentimiento que tenemos todos los que perdimos a nuestra madre.
Y aquí una foto de el Che y su mamá...en una escena tan tierna !
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