Hoy es el aniversario del autor de El Principito, mi libro
favorito.
Me quede mirando la foto del aviador y las lágrimas rodaban por
mis mejillas.
Sonará loco, pero creo que escribió ese libro solo para mí.
No quiero ser engreída, pero debió dedicármelo en vez de a su
amigo León.
No creo que nadie más que yo sienta ese libro de la manera que
lo siento…
Hay tanto que decir al respecto, que no sabría por donde
empezar.
Primero que nada esta tan bien descripta la maravillosa etapa de
conocer al otro para hacerse amigo.
El asunto de “domesticar”.
Soy una persona altamente antisocial (para los que no lo saben)
y “hacer” amigos siempre me costo muchísimo.
Luego cuando miro hacia atrás y veo a mis amigos, sonrío
pensando que no podría tener amigos más “raros” que los que tengo.
Y con “raros” quiero decir ESPECIALES, UNICOS, MAGICOS.
No podría estar más orgullosa de ellos.
Siempre me han domesticado igual que al zorro…aún cuando sabía
que corría el riesgo de llorar un poco.
Tal vez suene decepcionante, pero quien mejor me domestico fue
mi perrita.
Casi veinte años de amistad con “mi zorro”, lo más hermoso de mi
vida.
Pero tal vez lo que mas me conmueve de El Principito es el tema
de “la perdida”…el de mirar una estrella y pensar en alguien que ya no esta.
Tengo varios seres amados que ya no están…
Pero la perdida que me sumió en la más absoluta tristeza fue la
de mi madre.
Creo que nadie puede entenderme…
Nadie tuvo una relación con su madre como la mía.
Nunca me canso de hablar de ella y de lo que tuvimos y de cuanto
la extraño…
A veces siento que ya nadie quiere escucharme…así que mejor lo
escribo solo para mí…
Si hay un libro que leí y releí cuando mamá murió fue el
principito.
Supongo que será porque la única manera de entender la muerte es
pensando como niño.
Solo un niño ve una boa comiendo un elefante en lugar de un
sombrero. Solo un niño sabe mirar lo que es esencial.
Releo los últimos párrafos de la despedida de El Principito de
su amigo el aviador…donde le promete que se hallara consuelo y que finalmente
podrá mirar el cielo y sonreír porque en una de ellas el estará riendo…
No se puede explicar a El Principito…solo hay que sentirlo…Al
ver morir a los que amamos siempre nos embarga el sentimiento de lo irreparable….y
lo único que queda es buscar algún consuelo.
Yo perdí mi rosa (mamá se llamaba Rosaura) y es dulce mirar el
cielo por las noches…porque todas las estrellas parecen florecidas…como su
jardín...
Sé que en realidad este libro no fue escrito para mí porque no soy
tan importante, pero yo me lo he apropiado, como me apropio de versos o cuentos
o paisajes.
“cuando se esta verdaderamente triste son agradables las puestas
de sol” me digo y busco algún banquito para sentarme a mirar el próximo
atardecer para extrañar a mi madre…así, como un niño.
“Lo esencial es invisible a los ojos” me digo y trato de mirar
con mi corazón para ver a mamá viviendo adentro mío.
Y con el libro de El Principito en mis manos sonrió pensando en
que aquel hombre que lo escribió jamás habrá imaginado que sus letras serían
tan importantes para mí, por su simpleza y su ternura. No creo que exista un
libro más mágico que este.
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