La verdad yo no pertenezco al mundo del futbol.
Los deportes no son lo mio.
Y no siento esa pasión que sienten los demás por un partido de futbol.
Anoche estuve acompañando a Ale en el gimnasio de la Cancha de Temperley ,donde pasaban el partido que definiría su permanecia en primera division.
Era un asunto muy importante para todos los hinchas.
Se reunieron y había un clima de fiesta...cantaron durante todo el partido.
A mi me resulto conmovedor.
Cantaban sin estar en la cancha,cantaban aún sin que los jugadores pudieran escucharlos,cantaban aunque no hicieran un gol.
Cantaban...como si eso tuviera cierta magia o poder para que tuvieran buena suerte.
Cantaban y eran parte de algo inexplicable con palabras.
Cantaban como si fueran parte de una familia que nunca se daba por vencido.
Y al final...cuando el resultado fue favorable y Temperley aseguro su permanencia en primera division fue una fiesta de alegría.
Esa alegría que no depende de cosas materiales...esa alegría que llena a la gente sin importar cuanta plata tenga en el bolsillo o que cantidad de problemas familiares cargue sobre sus espaldas.
Era una alegría intangible...de esas que te da realizar tus sueños.
Y yo sin ser parte de ese mundo,me descubrí admirando su loca felicidad.
Yo puedo sentir felicidad cuando pinto o dibujo o relizo alguna labor manual para las cuales siento que nací con el don.
Pero esa felicidad que ellos sentian era ajena para mi.
Y me gusto poder ser testigo de algo,que aún con sus cosas malas(como la violencia de las barras),le brinda una alegría pura a la gente que estaba ahí festejando en familia,cantando y agitando sus banderas como si nada más pudiera dañarlos nunca mas en la vida.
Fue un bonito sentimiento y me alegro por todos ellos...y por todos los que sienten esa pasión por algo en la vida.
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